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Martín Elgueta

Mejor hablemos del vino

Participar en una degustación siempre tiene algo de juguetón... Invita lúdicamente a los sentidos del olfato, la vista y el gusto en medio de una conversación y ambiente que busque propiciar encuentros, complicidades, buen humor, sorpresas, recuerdos y sensaciones en un momento agradable. Más aún, si la ocasión acontece en vacaciones, en medio de la montaña mendocina en un lugar acogedor... ¡Toda una experiencia sibarita!

La cosa cambia, para algunos, si quien coordina la propuesta, inicinúa en la conversación que el problema del emprendimiento es que no se consigue mano de obra para cosechar. Y más si ante la pregunta de algunos degustadores se agrega que con el tema de la asignación universal la gente no quiere trabajar.

Para entender el contexto del comentario es necesario listar una serie de rasgos de este emprendimiento inmobiliario y vitivinícola dirigido a quienes pueden costerarse "mansiones"... Listemos entonces dichos rasgos:

 

a).- Que el emprendimiento es el fruto de una inversión de una empresa estadounidense radicada en San Rafael. Enpresa del mismo tenor que muchas otras empresas trasnacionales dedicadas al negocio de agro-business y asentadas en Mendoza desde la década de 1990.

b).- Que esta empresa antes se dedicaba al negocio de los tejidos y ahora al inmobiliario. Y con ese propósito busca construir "mansiones con viñas propias" en Mendoza.

c).- Que el emprendimiento cuenta con una cancha de golf cuyo hoyo 9 ofrece un homenaje a José Jurado reproduciendo en hoyo 17 de Carnoustie (Escocia) donde este deportista estuvo a punto de ganar el Open Británico en 1931.

d).- Que el vino insignia cuesta alrededor de $520 mientras el de menor costo alrededor de $180.

e).- Y un dato para nada menor: paga al cosechador cada tacho $6 con un máximo probable por día de 20.

 

Ante el comentario de Ariel -uno de los asistentes- sobre la relación entre el precio del vino insignia y el costo del tacho... el degustador comentó que la bodega corre muchos riesgos y no así el cosechador... Comentario que generó muchos murmullos y señalamientos en torno a la explotación de los cosechadores, del fenómeno en Mendoza a partir del arribo de nuevos inversores que compran terrenos "limpios" (expresión con la que aluden a "sin gente", sin contratistas o trabajadores rurales cuyas familias habitaban esas propiedades desde generaciones) y la comparación con otros capitales extranjeros radicados en el Valle de Uco que tienen la misma política de destierro y explotación del trabajador rural...

Obviamente, en medio de la montaña mendocina, en un hotel 5 estrellas con mucha afluencia de vacacionistas provenientes del Barrio de Palermo o de algún barrio privado de Pilar, entremezclado con algún bodeguero local y otros vacacionistas de distintos puntos del país... la situación se volvió incómoda...

Entonces una voz retumbó en el ocaso entre las montañas: ¡Mejor hablemos del vino!... Y entonces la discusión cesó, se generó un pacto que finalizó la discusión... Sin embargo dejó pendiente el interrogante ¿Qué es hablar del vino?

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